Page 98 - Tesissilvia
P. 98
Como ya se han mencionado, las características que se desprenden de este modelo
son evidentes, el enfermo mental es un ser pasivo tanto en la adquisición de su
enfermedad como en la cura. Esta se da a través de un profesional que ejerce su rol
institucionalizado, por último la enfermedad mental sólo es tratada a través de
fármacos, que intentan combatir diferentes familias de síntomas propios de toda
enfermedad mental (stress, ansiedad, alucinaciones o delirios), independientemente
del entorno y personalidad del enfermo. Este paradigma científico, genera una
representación de la enfermedad mental, que legitimiza la concepción de un sujeto
enfermo pasivo e incapaz, donde la intervención terapéutica se da por un profesional
con poder para administrar fármacos y en última instancia, si el modelo no funciona,
para decidir sobre el internamiento del individuo.
Esta representación social de la enfermedad sin duda recibe apoyos más o menos
directos de la profesión médica, que basa su prestigio social en su reconocida
autoridad científica, en el apoyo y reconocimiento de los medios de comunicación y
en la financiación de las grandes industrias químicas. La locura llega a
conceptualizarse como algo positivo y liberador a la vez que provoca una indefinición
terapéutica en el tratamiento de la enfermedad mental, ya que la critica al modelo
biomédico dominante, no siempre contiene una respuesta eficaz y satisfactoria a los
problemas de salud mental. Indefinición por otra parte que resulta el correlato
esperable, de los supuestos teóricos de esta corriente.
En al década de los setenta las críticas a este modelo aplicado a la enfermedad
mental, se hicieron patentes a través de los trabajos de algunos psiquiatras ingleses,
la aparición en el mercado de fármacos eficaces y los avances de la psicología, a la
vez que ganaba fuerza el modelo de intervención comunitaria. Es el modelo de
intervención psico-social que va a provocar la reforma antipsiquiátrica. Dicha
reforma llegó a nuestro país en torno a la década de los ochenta y provocó al cierre
de los manicomios, propugnando nuevas vías terapéuticas para la enfermedad
mental.
63

